Los informantes sobre cuyo testimonio se fundamenta el caso contra los venezolanos Franqui Flores y Efraín Campos Flores en una corte de Nueva York, recibieron pagos de la DEA (fuerza antidrogas de EEUU) por una suma cercana a los 2 millones de dólares, según revelaron ellos mismos durante las audiencias del juicio.
De acuerdo con la defensa de los dos primos (familiares de la primera dama de Venezuela), aprehendidos en Haití en noviembre pasado, los supuestos testigos de la conspiración para introducir narcóticos prohibidos a EEUU no podrían considerarse confiables toda vez que son “informantes tarifados de la DEA”.
Incluso, uno de ellos explicó en la corte que se sintió contento al saber que las personas con la cual la DEA los estaba enviando a reunirse eran familiares de la primera dama de Venezuela, porque al ser un caso de perfil alto, eso significaba que le podían pagar más.
El dato forma parte de una serie de siete argumentos usados por la defensa para que el jurado los considerara como elementos para sustentar la existencia de duda razonable y que fueron obtenidos en exclusiva por LaTabla.com.
Además de los pagos de la DEA, la defensa cuestionó la confiabilidad de los testigos por el hecho de que continuaban participando en actividades de narcotráfico, pese a que habían dicho ante la corte que no lo hacían. Sin embargo los abogados lograron comprobar por medio de unas grabaciones de llamadas telefónicas hechas por los informantes en días pasados, como seguían haciendo transacciones con narcóticos.
Ese negocio estaba planteado de una manera en la que los confidentes devenidos en socios proporcionaban los aviones, el producto, y el comprador del producto, es decir que los defendidos se ganarían millones de dólares de una manera fácil sin hacer nada.
Asimismo en las declaraciones en el juicio, el principal de los testigos declaró que el agente de la DEA responsable de la operación le dio instrucciones precisas de hacer referencias a EEUU en las conversaciones.El mecanismo usado para conectar a los venezolanos con la supuesta conspiración fue proponerles deliberadamente que cometieran un delito a pesar de que no tenían tal propósito ni el conocimiento sobre como hacerlo. Esa figura se conoce como “agente provocador” y su uso conlleva severos cuestionamientos sobre su legitimidad.
Otro punto planteado por la defensa fue el hecho de que la fiscalía no presentó droga ni aviones ni dinero ni otro tipo de elemento que demostrara la capacidad de los acusados para cometer el delito por el que se les procesaba.
Paradójicamente en las grabaciones presentadas se verificó que ninguno de los acusados hizo mención a EEUU y se evidenció que no conocían el negocio o los procedimientos para movilizar sustancias ilegales.
Pero lo más llamativo es que la supuesta confesión de Flores y Campos Flores hecha en el avión que los llevó desde Haití hasta EEUU NO FUE GRABADA, pese a que la aeronave contaba con sistemas para hacerlo y los agentes de la DEA tenían dispositivos personales como teléfonos celulares.
La defensa también llamó la atención sobre el misterioso asesinato del informante hondureño conocido como El Sentado, quien habría sido el responsable de montar la trampa para involucrar a los venezolanos. Inicialmente el encuentro en Honduras tenía como motivación discutir sobre un negocio de comida pero el hombre les ofreció participar en una transacción de drogas. En ese encuentro los dos jóvenes explicaron que no estaban en ese negocio.
De ese encuentro no hay grabación y el testimonio de El Sentado no podría validarse ya que fue asesinado en diciembre pasado, poco despues de la captura en Haití.
DEA opera ilegalmente en VenezuelaUn elemento de mucha gravedad fue confirmado durante las audiencias y es que la DEA sigue operando ilegalmente en Venezuela, según se desprende del testimonio del agente antidrogas responsable de la operación.
Se trata de un funcionario de apellido González, quien anteriormente había sido agregado antidrogas en la embajada en Caracas. Durante los interrogatorios la defensa le preguntó si durante la operación los informantes enviados a Venezuela podían tener contacto con algún agente de la DEA en la nación suramericana para poder confirmar si la droga que se iba a negociar era efectivamente cocaína.
Sorpresivamente González explicó que tal contacto estaba prohibido pues los confidentes en su rol de traficantes podían estar siendo vigilados por la policía venezolana.
Tal respuesta era absolutamente improcedente pues desde 2005 el gobierno venezolano rompió los acuerdos de cooperación con la DEA, por lo que formalmente no hay agentes policiales en el país. Sin embargo, la explicación de funcionario deja constancia de la existencia de personal de la agencia en la nación suramericana.
De hecho, precisan los argumentos presentados, se trataría literamente de trabajadores de la agencia policial, quienes testificaron que durante su relación con la misma recibieron cantidades de dinero que suman casi 2 millones de dólares.
Sin embargo el principal argumento esgrimido es que los dos primos Flores “nunca tuvieron la intención, o la capacidad de entregar una enorme cantidad de drogas”. En el transcurso del juicio quedó demostrado que los informantes de la DEA son los que hacen menciones a EEUU, y les proponen inicialmente un negocio.